Esta enfermedad se produce cuando una persona tiene sobrepeso, es sedentaria y tiene un alto consumo de grasas y azúcares.

La Sociedad Argentina de Hepatología (SAHE) explica que la enfermedad por hígado graso no alcohólico tiende a desarrollarse en personas con sobrepeso u obesidad o en aquellas que tienen diabetes, colesterol o triglicéridos elevados. Siendo que esta condición puede causar inflamación hepática, conocida como esteatohepatitis. Incluso, remarcaron que esta inflamación hepática puede ocasionar cirrosis en el largo plazo (décadas) y, más aún, llevar al desarrollo de cáncer de hígado o insuficiencia hepática.
El hígado participa activamente del metabolismo de los azúcares, proteínas y grasas. Cuando se habla de hígado graso, se refiere al aumento del contenido normal de grasa que tiene el hígado, que es de alrededor del 5%. Esta patología se puede detectar a través de una ecografía u otro estudio por imágenes, y puede prevenirse manteniendo una dieta sana y con actividad física.
El Hospital Garrahan implementó un estudio poblacional en hígado graso que se realiza en Argentina. El estudio fue realizado en O’Brien, provincia de Buenos Aires, y se analizaron, con ecografía, 875 personas. Algunos de los hallazgos fueron que un 37% de las personas obtuvieron un diagnóstico de hígado graso, y que la frecuencia aumenta en grupos de riesgo: 50% en individuos con sobrepeso, 59% en aquellos con triglicéridos altos en sangre y 62% en los diabéticos. De las personas estudiadas, un 22% presentaba un daño hepático significativo.
En cuanto a la prevención y tratamiento de la enfermedad por hígado graso no alcohólico, la dieta saludable y el ejercicio regular pueden ayudar a prevenir o revertir la EHGNA en sus estadios iniciales. Mantener un peso adecuado, evitar el alcohol y el control adecuado de la diabetes y de los niveles triglicéridos y colesterol son parte esencial del tratamiento.