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En el fútbol argentino todo es un desconcierto. Allanamientos, torneos multitudinarios, arbitrajes polémicos, amenazas por redes sociales, títulos en escritorios, inflación de campeonatos, sanciones a la carta, PDF’s adulterados, pasillo de espaldas y, para completar el circo dantesco, un sorteo a medias de la Liga Profesional, el principal producto, con muchos descuidos.
Mientras todo eso pasa, en la AFA parece que no pasa nada. O al menos así intenta demostrarlo el presidente de la casa madre del fútbol argentino, Claudio Tapia, quien estuvo en el predio Lionel Messi de Ezeiza, donde se dieron a conocer las zonas del Apertura 2026 y luego se realizó también el sorteo de la Copa Argentina. Justamente, en ese momento, «Chiqui» habló.
“La Copa más federal, que más ilusiones les da a los jugadores, técnicos y equipos del interior. 64 equipos, 2.000 jugadores y a seis partidos de jugar la Libertadores. El federalismo del fútbol argentino les da la posibilidad, por eso esta copa iguala. Cuando muchos hablan de torneos de más equipos o menos, esta Copa es lo más lindo que hay”, arrancó.
Y siguió: “Hay más sponsors para esta edición, ellos son parte del fútbol argentino, ayudan a las instituciones no solo a mantener un equipo competitivo en la Primera sino para alimentar el sueño de chicos y chicas que juegan en inferiores. Esos son los recursos y a donde van, al futsal, al fútbol femenino. Vale la ocasión para aclararlo”.
Tapia hace como si nada pasara. Como si no se estuviera siendo investigando por su posible vínculo con la empresa Sur Finanzas, por el presunto lavado de dinero que involucra a la firma asociada al financista Ariel Vallejo.
Y un día después de los múltiples allanamientos, detrás de los papelitos y las pantallas, en la sala de conferencia de prensa del predio de Ezeiza hubo risas y despreocupación entre Tapia y los dirigentes del fútbol argentino. Como si el mandamás de la AFA se sintiera intocable e impune, como lo dejó en claro la semana pasada en los premios Alumni cuando manifestó: “Pasaron 3 presidentes (de la Nación) y llevo casi 9 años al frente de la AFA y voy a quedarme muchos años más”. También escenas bizarras.
Una de ellas fue cuando, en la previa del sorteo de la Copa Argentina en el Coliseo de Futsal, a Luis Silva, gerente de Torneos de AFA, se le rompió el micrófono y el atril mientras se realizaba su trabajo. Mientras, desde uno de los asientos, el tesorero de la casa madre del fútbol argentino, Pablo Toviggino, se mataba de la risa.
Esto pudo observarse dado que, finalmente, el sorteo de la Liga Profesional fue transmitido a través de la plataforma donde habitualmente se sigue el torneo de Reserva, paradójicamente cuyo naming es «Sur Finanzas». El de la Copa Argentina, como habitualmente ocurre, fue transmitido por el canal de You Tube oficial de ese torneo.
Según pudo saber Clarín, la primera de ella fue una transmisión armada de apuro, dado que en principio no iba a ser para las cámaras. Pero, finalmente se decidió lo contrario, en medio de los cuestionamientos de los hinchas para que haya transparencia. Y el horario se fue postergando. Hasta que comenzó a las 12:00 (una hora y media después de lo anunciado). “La demora fue por cuestiones técnicas”, argumentaron.
Y mientras explicaban el reglamento del torneo, que será igual al de este año, con dos zonas y playoffs, arrancará el 23 de enero y cuyo fixture todavía no se había dado a conocer al cierre de esta edición, hubo tiempo para la distensión con preguntas a dos ex futbolistas como Marcelo Delgado, sobreviviente del extinto Consejo de Fútbol de Boca, y Diego Milito, presidente de Racing, a quienes los consultaron sobre cómo vivían los sorteos cuando eran jugadores y compañeros en la Academia.
Y las cámaras después captaron la sonrisa pícara de Alicio Dagatti, presidente de Estudiantes de Río Cuarto, uno de los recién ascendidos junto a Gimnasia de Mendoza, cuando vio que en el interzonal a la institución que preside le tocó San Lorenzo, el club de su corazón.
¡Todo listo para la Temporada 2026! Así quedaron definidas las Zonas A y B para los Torneos Apertura y Clausura del próximo año.
Al igual que este año, en 2026 habrá 16 fechas en la fase regular. De esos encuentros, cada equipo enfrentará a 14 rivales de su zona y a dos de la otra, en una jornada de clásicos y en un interzonal adicional que fue al azar. La Liga explicó que las zonas se armaron “por sorteo”, por consiguiente, “el azar definió equipos parecidos (o no) en las zonas respecto de 2025” y que se realizó “por parejas, no por clubes de manera individual”. Es decir, “si uno de los equipos de la pareja iba a la A, el otro indefectiblemente, quedaba en la B”.
Además de los requerimientos de los organismos de seguridad, que pidieron “distribución homogénea de equipos en la misma jurisdicción” y de la televisión, de una “distribución homogénea de clásicos durante la competencia, que se programe uno por fecha y que no los haya en las jornadas iniciales ni entre semana”, el criterio para el armado de parejas fue, justamente, los clásicos. Quedaron así: Boca-River; Racing-Independiente, Newell’s-Rosario Central; Huracán-San Lorenzo; Aldosivi-Defensa y Justicia; Belgrano-Talleres; Argentinos-Platense; Sarmiento-Unión; Barracas Central-Riestra;Banfield-Lanús; Estudiantes (Río Cuarto)-Instituto; Tigre-Vélez; Estudiantes-Gimnasia (La Plata); Atlético Tucumán-Central Córdoba; Gimnasia (Mendoza)-Independiente Rivadavia.
En tanto, los interzonales se sortearon todos. Allí, hubo una particularidad: por ejemplo, a Boca le tocó Racing (con quien fue eliminado recientemente en las semifinales del Torneo Clausura) por lo que jugará contra todos los grandes, ya que se enfrentará a San Lorenzo e Independiente en la Zona A, ante River en el clásico y con la Academia por el interzonal. Y en cuanto a las zonas hay equipos que no se enfrentaron este año y sí lo harán en 2026, pero otros habrán pasado dos años sin haber jugado entre sí, desde 2024 cuando todavía había Liga y se enfrentaron todos contra todos.
Es que, en la era del “no trates de entenderlo”, los descuidos en el fútbol argentino sobran pero poco parecen importar, aunque sean cada vez más evidentes.
