El Gobierno nacional analiza junto a Ciudad y Provincia de Buenos Aires volver para atrás con algunas de las aperturas debido al aumento de casos de Covid-19.
En octubre de este año, cuando la pandemia de coronavirus había empezado a dar respiro en Europa tras provocar de a miles de muertes por día, la Organización Mundial de la Salud (OMS) citó al «lockdown», o «cierre de emergencia», como una medida efectiva para ralentizar la propagación del Covid-19.
A propósito del caso la doctora responsable del área de Enfermedades emergentes y Zoonosis de la OMS, Maria Van Kerkhove, afirmó en ese entonces que «las medidas establecidas en algunos países de Europa que reducen la oportunidad de que las personas se reúnan en espacios cerrados puede ayudar a reducir la transmisión del virus».
Según reprodujo la agencia Europa Press, la funcionaria de la OMS aclaró que la eficacia del «lockdown» o cierre de emergencia, que puede ser entendido como una suerte de toque de queda sin militarización de la vía pública, «depende de nosotros, por lo que es necesario asegurarse de que en la forma en la que se socialice tenga pocos riesgos».
Las palabras de Van Kerkhove tomaron especial significado en las últimas semanas, cuando empezaron a subir de nuevo los casos de Covid-19 en Europa a raíz de varios factores, desde el cambio de estación que trajo bajas temperaturas hasta la aparición de una variante del coronavirus, pasando por las fiestas fin de año y la reapertura de actividades presenciales.
El Gobierno nacional analiza por estas horas la posibilidad de volver para atrás con algunas de las medidas de apertura de actividades que se habían implementado en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que comprende la Ciudad y el conurbano bonaerense.
Una suerte de «toque de queda» en cuanto a la restricción horaria para que la población pueda circular por la calle podría disminuir la cantidad de reuniones sociales y «ayudar a reducir la transmisión del virus», como decía en octubre la funcionaria de la OMS.