El avión privado que trasladó a la Pulga y a algunos de sus compañeros de la selección argentina a Europa atravesó un operativo de rutina del fisco acuando aterrizó en España. Los detalles.
Messi, con la indumentaria de la Selección. Frente a Perú, en Lima, tuvo una muy buena actuación y sólo le faltó el gol.
Las 15 horas de vuelo siempre se hacen largas, pero en este caso, para Lionel Messi y los compañeros de Selección que también abordaron su avión privado para regresar a Europa, se hicieron más llevaderas, gracias a la gran actuación de Argentina en la victoria 2-0 frente a Perú, por las Eliminatorias Sudamericanas. Sin embargo, cuando la aeronave aterrizó en el aeropuerto El Prat, se encontró con un operativo de Hacienda de España.
En realidad, según cuentan desde el círculo íntimo del delantero, de 33 años, es habitual que el avión pase por un procedimiento de rutina cada vez que desciende en Barcelona, algo a lo que el capitán albiceleste y del conjunto culé está acostumbrado. Esta vez, la particularidad fue que el trabajo de los inspectores del fisco resultó más exhaustivo, probablemente debido a que contaba con más pasajeros que en las travesías habituales, a partir del gesto de Leo de ofrecer su transporte al servicio del combinado nacional.
Los agentes les pidieron la documentación a todos los viajantes, incluidos los pilotos, y los papeles de la aeronave. Además, le realizaron un cuestionario al propietario: el procedimiento demoró alrededor de 60 minutos. Todo, después de un traslado extenso y agotador. Pero la sensación que quedó en el entorno de la estrella es que la Hacienda montó un show, aprovechando la presencia de una nutrida guardia periodística para recibir al atacante, máximo goleador del Barcelona y referencia en la época dorada de la institución.
Fue ahí que, ante el abordaje de los medios, fue contundente. “Estoy cansado de ser siempre el problema de todo en el club”, dijo, sobre las críticas, que en España se incrementaron luego del episodio burofax, su decisión de marcharse de Barcelona, apelando a la cláusula de salida automática que tenía firmada. Sin embargo, el renunciado presidente Josep Bartomeu lo intentó empujar a la vía judicial, hecho que Messi no permitió por su vínculo con la entidad blaugrana. En consecuencia, optó por cumplir con su contrato, que vence el 30 de junio de 2021.
Y remató, sobre el procedimiento de Hacienda: “Llego después de 15 horas de vuelo y me encuentro ahí a uno de Hacienda… Es una locura”. Fue ese, el show, el verdadero motivo de su enojo. Tras el mal momento, la Pulga busca enfocarse en el próximo compromiso que tiene por delante: este sábado el Barcelona visita al Atlético Madrid en el estadio Wanda Metropolitano, por la décima fecha de la Liga de España. Enfrente no tendrá a su amigo Luis Suárez, quien se contagió de coronavirus en la selección de Uruguay. Y el martes, los dirigidos por Ronald Koeman jugarán en Ucrania ante el Dínamo de Kiev, por la Champions League.
Messi piensa en el fútbol, su pasión, más allá de que en enero puede arreglar su vínculo con otra institución en carácter de jugador libre. Según informó el diario británico The Sun, los Ciudadanos están totalmente decididos a apostar por Messi para juntarlo nuevamente con el director técnico Pep Guardiola (juntos contribuyeron en la etapa más gloriosa del Barsa) y buscarán incorporarlo en el mercado de pases de enero, sin aguardar a sumarlo a costo cero. Ofrecerían un monto menor a los 56 millones de euros.
Al mismo tiempo, en Cataluña sueñan con que las nuevas autoridades (hay elecciones en enero) puedan construir un proyecto tentador para que Messi cuente con los recursos para seguir agrandando su historia y la de Barcelona, como lo hizo desde el primer día en el que se vistió de blaugrana.