1° de mayo de 2020
Fue instaurado en 1889 en honor a ocho hombres condenados a prisión y a la horca.
Esta historia comienza en 1887, con el juicio a ocho anarquistas, socialistas y sindicalistas acusados de asesinato y conspiración. Samuel Felden, Oscar Neebe y Michael Scwab recibieron largas penas en prisión. George Engel, August Spies, Albert Parsons, Adolf Fischer y Louis Lingg -quien a último momento se suicidó en su celda- fueron destinados a la horca.
Los hombres terminaron condenados y en 1889, un congreso de la Segunda Internacional decidió conmemorar a estos mártires y se estableció en su honor el Día Internacional de los Trabajadores. La fecha elegida no fue la de su muerte, sino el 1° de mayo, cuando junto a cientos de miles de obreros estadounidenses, en 1886, pararon el país para reclamar las 8 horas de trabajo.
En la década del 80 del siglo XIX, los obreros norteamericanos pasaban fuera de sus hogares la mayor parte del día. La jornada promedio era de 10 horas, aunque algunos -como los conductores de trenes- trabajaban más de 15. Las experiencias variaban según el Estado, la rama, la fábrica y el puesto.
Los ritmos agotadores constituían otro de los reclamos. Todos los testimonios apuntan a una verdadera disputa por el tiempo. En muchas fábricas, los operarios se quejaban de la manipulación de los relojes por parte de los jefes, que cotidianamente añadía 20 o 30 minutos más de obligaciones.
En 1882, los dueños de grandes empresas se congregaron para defender una jornada de 11 horas. El año anterior, una huelga en Saint Louis había conseguido una ley que limitaba las tareas a 72 horas por semana, pero, tres años más tarde, nadie trabajaba menos de 97.
No es extraño que el movimiento por las 8 horas generara ilusiones, hasta convertirse en algo imparable a lo largo del país, que despertó distintas manifestaciones.
Las multitudinarias organizaciones obreras dispersas por todo Estados Unidos eligieron el 1° de mayo de 1886 como día para unir sus fuerzas (recordando una importante huelga de 1867). Se esperaba que la convocatoria fuera grande -los diarios hablaban de cien mil personas-, pero el resultado superó todas las expectativas.