NACIONALES
15 de noviembre de 2018
El intento de atentado en el cementerio de la Recoleta falló cuando la activista Anahí Esperanza Salcedo cometió un error garrafal en el momento de manipular el explosivo para colocarlo en el mausoleo del coronel Ramón L. Falcón: intentaba sacarse una selfie con su celular cuando la bomba casera que iba a dejar allí le estalló, antes del tiempo previsto, a un metro de la cara.
Fuentes confiables del caso confirmaron que los investigadores recuperaron el celular de Salcedo, que quedó frente al mausoleo del jefe de Policía asesinado hace 109 años, lugar elegido para el ataque anarquista. Esos voceros comentaron que en ese teléfono quedaron registradas imágenes, tanto en fotos como en videos, de los preparativos finales del ataque.
Quizá con el pensamiento de que “la revolución será televisada”, el grupo atacante procuró obtener imágenes para subirlas a las redes sociales como prueba de su acción, de su “homenaje” a Simón Radowitzky, el anarquista que el 14 de noviembre de 1909 puso la mortal bomba en el carruaje en el que viajaba Falcón.
Los investigadores tienen la imagen del estallido registrada en esa selfie final. Salcedo, de 34 años, perdió tres dedos de la mano derecha y sufrió una seria lesión en el rostro que la mantiene internada, en coma inducido, en el hospital Fernández. Antes de entrar en ese estado de sedación, alcanzó a confesar que le había fallado el temporizador de la bomba casera, según explicaron fuentes de la pesquisa.
FUENTES: MEDIOS NACIONALES